LA MAGDALENA DE PROUST

Hace 147 años, el 10 de julio de 1871 nació en París,  Francia, Marcel Proust.


- Su nombre completo era Valentin Louis Georges Eugène Marcel Proust.

- Tras la muerte de sus padres, se recluyó durante 15 años en su domicilio en París. Dormía de día; vivía y escribía de noche. Mandó recubrir las paredes de corcho, para aislar los ruidos y poder dedicarse a su obra maestra: En busca del tiempo perdido. 

- En busca del tiempo perdido consta de casi 3 mil páginas, distribuidas en 7 volúmenes, cada uno identificado por su propio título: 



  • Por el camino de Swann 
  • A la sombra de las muchachas en flor 
  • El mundo de Guermantes I y II 
  • Sodoma y Gomorra I y II 
  • La prisionera 
  • La fugitiva 
  • El tiempo recobrado 



- Es en Por el camino de Swann, donde aparece este maravilloso pasaje en el que, al comer una magdalena (bollo tradicional francés), se activa esa memoria involuntaria en el autor, que lo hace recordar y revivir un momento en su vida, lleno de felicidad. Este es el fragmento:

“En el mismo instante en que ese sorbo de té mezclado con sabor a pastel tocó mi paladar… el recuerdo se hizo presente… Era el mismo sabor de aquella magdalena que mi tía me daba los sábados por la mañana. Tan pronto como reconocí los sabores de aquella magdalena… apareció la casa gris y su fachada, y con la casa la ciudad, la plaza a la que se me enviaba antes del mediodía, las calles…”.
Una experiencia sensorial catapulta a quien la experimenta, al pasado; y vuelve a vivir ese momento, ocasionando que el presente se llene con esa dicha experimentada originalmente. 

- Una referencia a la magdalena de Proust, la encontré en la película de Ratatouille, en el momento en que el crítico de comida prueba el platillo (ratatouille) que le es preparado por la ratita protagonista. 

¿Has leído En busca del tiempo perdido?
¿Has experimentado la experiencia sensorial que tan bellamente nos retrata Proust con su magdalena?

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