EL NOMBRE DE LA ROSA

 





Autor: Umberto Eco. 

Título original: Il nome della rosa.

Género/temática: Novela misterio/histórica/filosófica.

Año de publicación: 1983.

Número de páginas: 747.


MI OPINIÓN

"-No recuerdo. ¿Qué importa de qué libros habló? -Importa mucho, porque estamos tratando de comprender algo que ha sucedido entre hombres que viven entre los libros, con los libros, de los libros, y, por tanto, también es importante lo que dicen sobre los libros". (Fragmento, p. 154).


Como bien lo dice el escritor, las primeras cien páginas de este libro son un filtro, una especie de iniciación que nos prepara para entrar al mundo de la abadía. Quien no logre leer esas primeras páginas, no logrará terminar el libro. Por ello pienso que este libro tienen diversos desertores, pero no solamente debido a que el inicio es difícil, sino porque todo el libro es complejo, y eso es lo que lo hace verdaderamente único.

Para empezar, es preciso mencionar que durante toda la narración, se nos presentan enunciados, párrafos o palabras en latín, por lo que resulta recomendable tener a la mano alguna herramienta que nos permita traducir estos términos.

La historia le conocemos, leyendo un antiguo manuscrito escrito por un octagenario Adso de Melk, en el cual narra todos los eventos que sucedieron en una abadía italiana en 1327, cuando él era un novicio benedictino y fue encomendado a acompañar al sabio franciscano Guillermo de Baskerville en una misión: esclarecer los hechos que rodean la muerte de un monje. En tan solo siete días, vividos en más de 650 páginas, acontecerán más muertes misteriosas, conoceremos la existencia de libros sorprendentes, nos será explicada la sagrada labor del bibliotecario, nos adentraremos en un laberinto que pondrá a prueba nuestra cordura y cuestionaremos desde un punto de vista filosófico, conceptos como la verdad, la risa, el conocimiento, los pecados, el miedo, el fanatismo, el poder, el amor, la pobreza y el mal.

"Hay palabras que dan poder y otras que agravan aún más el desamparo...". (Fragmento, p. 450).

Este libro me ha confirmado algo en lo que creo firmemente: la importancia de los libros, de su contenido, la importancia de escribir para trascender, para transmitir, para perdurar. El final de este libro me ha hecho sufrir y creo que muchos lo han sufrido.

"-¿Cómo? ¿Para saber qué dice un libro debéis leer otros? - A veces es así. Los libros suelen hablar de otros libros. A menudo un libro inofensivo, es como una simiente, que al florecer dará un libro peligroso, o viceversa, es el fruto dulce de una raíz amarga". (Fragmento, p. 391).

Disfruto los libros que nos retan, que nos hacen cuestionarnos, que nos invitan a analizarlos. Al leerlos, terminamos irremediablemente aprendiendo. El nombre de la rosa es uno de esos libros. Me alegra haberme convertido en lector cómplice de Umberto Eco.

"Los libros no se han hecho para que creamos lo que dicen, sino para que los analicemos. Cuando cogemos un libro, no debemos preguntarnos qué dice, sino qué quiere decir...". (Fragmento, p. 431).


VALORACIÓN 

5/5

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