CARA DE LIEBRE

 

Título original: Cara de liebre.

Autor: Liliana Blum.

MI OPINIÓN

"Esta vez me dedica una sonrisa. Leve, muy leve; ahí está. Me ha visto. Declaro inaugurada la temporada de caza". (Cara de liebre, fragmento, p. 12).

Empiezas a leer. La primera oración de esta historia lanza el anzuelo y para la última línea del primer capítulo, ya estás totalmente enganchada. Distintos momentos en dos días me tomó leer este libro; cada minuto que pasé entre sus páginas, ha sido plenamente disfrutado.

Nos adentramos en la vida de dos mujeres, Irlanda y Tamara. Permítanme precisar: más bien nos adentramos en la mente de estos personajes, por que Liliana Blum así lo propicia con su narrativa, de alguna manera nos encontramos dentro de la mente de las protagonistas de esta historia y súbitamente, nos descubrimos observando con sus ojos y sintiendo con su piel.

Irlanda nos muestra a través de "flashbacks" lo terriblemente penosa y solitaria que fue su infancia y cómo la convirtieron en Cara de liebre; algún día eso tendría que cambiar. Ella busca lo que tanto tiempo le ha sido negado y de alguna u otra forma, lo conseguirá. Por otro lado, Tamara se pregunta cómo fue que terminó en esa situación, cómo permitió que la tratarán así. Con sus propios recursos, ella, al igual que Irlanda, también buscará alguna respuesta y en el camino, intentará encontrarse. Al final, todos siempre buscamos algo.

Esta novela sencillamente no puede dejar de leerse. Es como si Irlanda sujetara con su mano firmemente tu mandíbula y tus ojos no pueden dejar de recorrer cada palabra, cada renglón. Y aunque algunas escenas son abrumadoras, torcidas y violentas, nuestra mente ha visto, ya no hay vuelta atrás; hemos mirado al abismo y el abismo nos ha devuelto la mirada. Debemos continuar. Nietzsche tenía razón, nos hemos involucrado y hemos sido arrastrados.

Una lectura ágil que durante 40 capítulos nos perfila perfectamente la psicología de los personajes, obsequiándonos un final que nos tiene yendo de "adentro a afuera", mordisqueando nuestras uñas, deseando que el tiempo apresure su marcha. Entendemos que el tiempo no es nuestro aliado y que lo que tenga que ser, será.

VALORACIÓN

5/5